Cosas que me hacen sentir bien [1ª parte]

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Levantarme cualquier mañana pensando en el tazón de cereales con leche caliente que me espera.
Al llegar a casa, despeinarme y arrascarme la cabeza hasta que me duela.
Al llegar a casa, quedarme descalza aunque el suelo esté casi congelado por el frío.
Mirarme en el espejo mil veces antes de salir a la calle y poner caras extrañas a causa de la felicidad de verme guapa!
Quedarme sola en mi piso universitario y encontrar en mi correspondiente tabla de la despensa dulces, chocolate o natillas con galletas y canela.
Llegar de cualquier sitio a casa o al piso y encontrármelo vacío, sin nadie que me moleste ni que me pregunte qué has hecho hoy? o que tal te va la vida?
Comer a deshoras todo lo que se me vaya antojando.
Escuchar música a toda pastilla" mientras me arreglo para una ocasión especial o habitual y en cada descansito contonearme delante del espejo.
Viajar en autobús durante un muuuuuuy largo período de tiempo (más aún si es denoche) mientras escucho mi música favorita a través de los auriculares de mi LG.
Ver películas románticas completamente sola, para poder hartarme a llorar hasta que mis ojos se queden secos.
Acostarme por la tarde o noche mientras escucho la fuerte lluvia que cae a ras de suelo" fuera de mi pequeño mundo.
Conjuntar al 100% la ropa destinada a ponerme para cada momento (nunca mezclando el rosa con el rojo o combinaciones por el estilo).
Que el viento helado de la madrugada me acaricie la cara provocando que mi mirada se humedezca y me moje las mejillas lentamente.
Caminar por la calle cuando el cielo esté oscuro y lloviznee, mojándome por no querer usar los paraguas que me ofrecen.

Sentarme en algún sitio donde pueda divisar la luna o las estrellas, congelándome por el frío y advertir la presencia sentada a mi lado de la inspiración y la nostalgia.
Reírme a más no poder al recordar momentos felices que se marcharon, que están en mí ahora y muchos otros que están por llegar.
Verlo después de unos días sintiendo su ausencia y que me coga a pulso levantándome del suelo y besarme con las mismas ganas que el primer día.
Pensar que hay personas a las que le importo de verdad y con las que puedo tirarme hablando cómodamente horas y horas.
Saber que hay veces que hago las cosas tan bien que me sorprendo a mí misma casi sin poder reconocerme.
Pensar que la suerte me sonríe a veces sin merecerlo y darle las gracias por ello...
Meditar sobre la presencia de seres cercanos que ya no están pero que me cuidan aún sin haberme conocido nunca.
Creer en la magia.
Pararme a mirar las estrellas y preguntarme su origen, el por qué de su existencia, lo curioso que resulta el universo de allá arriba.
Quedarme sin hacer nada y pensar que todo va a ir como la seda.
Notar que mientras estoy dormida en mi cama unos dedos diminutos me rozan el cuerpo acompañados de un precioso y ansioso susurro: Tiiitaaaaaaaa!!"
Mirar a mis seres queridos y ver que, en apariencia, todos están bien con todos.
Detenerme un momento, dejar que el tiempo siga su ritmo y hacer lo que me plazca sin importarme a la velocidad que corra.